lunes, 25 de mayo de 2015

EDUCACION CONSCIENTE

Es importante que nos planteemos qué tipo de referentes emocionales somos para nuestros hijos.

Hablamos de enseñar a los niños a expresarse emocionalmente, a comunicarse de una manera asertiva y empática, que sean equilibrados y sepan relacionarse de forma adecuada con los de su misma edad y por supuesto también con los adultos.  

Pero en realidad, ¿les transmitimos esas expectativas? ¿Somos  coherentes con nuestro propio modelo de actuar, tanto a la hora de comunicarnos como en las formas de gestionar nuestras emociones? ¿Qué referencia les damos a nuestros hijos?


Nuestras emociones agradables como la alegría o estar contento, la calma o la risa, son emociones que expresamos habitualmente, estas refuerzan a nuestros hijos claramente, les acercan a su felicidad y por consiguiente a la nuestra. El hecho que los niños aprendan a compartir emociones agradables, a que las expresen, las comuniquen y las compartan con los demás, es un refuerzo mutuo.

En cambio, cuando las emociones no son tan agradables como la tristeza, el miedo o el enfado, tendemos a reprimirlas tanto en nosotros mismos, como en nuestros hijos.
O no es verdad que nos incomoda verles llorar, gritar, o cuando están asustados. Preferimos negar esas emociones, encubrirlas de algún modo y por lo tanto, no les enseñamos a identificarlas, ni a expresarlas adecuadamente.  Usamos frases tales como: “deja de llorar”, “no ha pasado nada”, “no te enfades”, etc. Por lo que nuestros pequeños, en vez de aprender autoregular, aprenden autocontrol, y no desarrollan habilidades para gestionar sus emociones.

¿Que podemos hacer nosotros como padres o adultos? 
Trabajar el auto-conocimiento para identificar mejor nuestras emociones, tratar de buscar la mejor manera de gestionarlas adecuadamente, expresarlas mostrando un comportamiento adecuado en cada situación. 
Nuestros hijos tomarán buena nota, pues son sensibles a nuestras respuestas y nuestras diferentes maneras de comunicar y gestionar todo, nosotros somos la base de su aprendizaje y es muy probable que nos imiten.
La responsabilidad es totalmente nuestra. Por eso es tan importante pararse en algún momento conflictivo y tomar consciencia, observar que me está pasando, como me siento y gestionar de la mejor manera.
Aquí tenéis mi reflexión personal que he compartido en mi canal en YOU TUBE. Espero que te guste y te sea útil.



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3 comentarios:

  1. Un millón de gracias Pablo Alfaro, me encanta que te encante!!! Espero seguir haciéndolo. Saludos y bendiciones

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