Nuestro cuerpo nos habla continuamente
y lo hace a través de nuestra salud. El
ser humano posee un dispositivo de aviso cuando las emociones negativas necesitan ser
cambiadas, se llaman síntomas (una tortícolis,
un fuerte dolor de espalda, un inoportuno acné o una tos repentina).
Por esta razón es muy importante tomar consciencia de nuestras emociones.
Según el Dr. Rush en su libro “Descifra los mensajes del cuerpo”, la gran parte de nuestras dolencias, tienen mucha más raíz psicológica, que física.
Siempre se ha dicho que cuando una
persona es emocionalmente sana tiene menos enfermedades.
A nadie le gusta reconocer que es infeliz. Incluso nos auto engañamos. Por ejemplo, a
veces, si sucede algo que nos entristece,
tendemos a bloquear el sentimiento triste como si no hubiera existido.
Aparentemente no notamos nada pero el cuerpo se resiente.
Algunas características de personalidad estaban
asociadas a ciertos tipos de dolencias que con el tiempo, a veces, son graves e
incluso mortales. Incluso la personalidad de nuestros padres o ancestros nos pueden influir por el carácter en nuestra salud.
Cada vez que enfermamos, es probable
que la enfermedad haya sido “provocada” por alguna desgracia o estrés de
nuestra vida.
Quizás pueda ser por una palabra de desanimo que pronunciase
alguien, un amigo, pariente o incluso si somos sensibles, nos podría influir la
palabra de un perfecto desconocido.
Esto demuestra la importancia de tener una autoestima sana también.
Esto demuestra la importancia de tener una autoestima sana también.
A casi todos nos han enseñado desde
bien pequeños que expresar las emociones excesivamente, es inadecuado como
conducta social. Ejemplos como: “A los niños se les debe ver, pero no oír” o “Los
niños mayores no lloran” o ”Las señoritas no gritan, ni dicen palabrotas”.
Y de
esta manera sucede que no expresamos nuestras emociones, la mayoría de nosotros
aprendemos a reprimir nuestros sentimientos, hasta tal punto que, a veces
dejamos de ser conscientes de cómo nos sentimos. Por lo tanto, no acumulemos en nuestro
cuerpo ira, tristeza, impotencia, miedo.
Despréndete de estas emociones que nos hace cargar un peso muy tóxico. Ganaremos mucho haciéndolo, en primer lugar, porque uno se siente bien y en segundo por que las personas felices están infinitamente más sanas, que las infelices. Las emociones tienen su efecto sobre nuestro sistema inmunológico. Cuando somos felices, este funciona a pleno rendimiento y repele cosas tales como las infecciones y el cáncer. Nuestras articulaciones se mueven con mayor suavidad, nuestra digestión mejora dormimos con más tranquilidad.
Despréndete de estas emociones que nos hace cargar un peso muy tóxico. Ganaremos mucho haciéndolo, en primer lugar, porque uno se siente bien y en segundo por que las personas felices están infinitamente más sanas, que las infelices. Las emociones tienen su efecto sobre nuestro sistema inmunológico. Cuando somos felices, este funciona a pleno rendimiento y repele cosas tales como las infecciones y el cáncer. Nuestras articulaciones se mueven con mayor suavidad, nuestra digestión mejora dormimos con más tranquilidad.
La persona feliz es más consciente y
está más en contacto con sus emociones, tiene más energía y es posible incluso
que viva más.
Lo mejor de todo es que si trabajamos en el cultivo para ser felices,
nos permitirá disfrutar plenamente de nuestras vidas en lugar
de limitarse a soportarla.
El desarrollo personal es un buena vitamina para una vida saludable.
Ya lo sabes, "No hay mejor vitamina que tu propia consciencia".
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¡Ya sabes! "AMATE y cambia el mundo."
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